Es un karma, un dolor de cabeza y una rabia segura al momento de usarlo. Se trata del transporte público del municipio Maracaibo, uno de los peores de todo el país. La mayoría de los maracuchos coinciden en que este servicio ocupa el primer lugar entre los más malos del Trending Topics.
Unidades viejas, rotas y oxidadas de los años 50, 60 y 70 son las que trasladan a los más de 800 mil ciudadanos que hacen vida en una de las ciudades petroleras más importante del mundo, que necesitan obligatoriamente moverse de un lugar a otro.
Dentro de estos vehículos hay un infierno. Además de la calidez climática de la región, en los huecos de lo que en algún momento fungió como ventanillas del aire acondicionado de esos carros antiguos, los pasajeros aseguran que sale un fuego inexplicable y un olor a humo, el cual queda impregnado en la ropa de los que salen bien arregladitos de sus casas, en las mañanas, para ir a sus lugares de trabajo, es decir lo que le da vida al transporte público: Los clientes.
Quien logra llegar a su lugar de trabajo solo podrido a humo de carrito o autobús, tuvo suerte ese día. Lo peor que a alguien le puede pasar en estos vehículos viejos y feos para la mayoría, es que se le rompa la ropa a alguien al quedarle la pieza enganchada en los hierros oxidados de las puertas y asientos o en un resorte de los cojines.
Las calamidades de quienes les dan de comer a los choferes de tráfico, es decir los pasajeros, no termina aquí. Aunado a todo lo anterior expuesto, los usuarios deben soportar los malos tratos de los conductores y colectores de las unidades. La mayoría se queja de los insultos y groserías de estas personas. Algunos profesionales del volante han llegado al extremo de bajar al pasajero porque este no accede a pagar lo que arbitrariamente le quieren cobrar o mejor dicho robar, que es el mal llamado pasaje doble, triple y cuádruple.
El incremento del pasaje más despreciado
Un nuevo aumento del 100% en el valor del pasaje del peor servicio del mundo se hizo realidad a partir de ayer martes, 17 de octubre del presente año. La ruta corta pasó de 400 bolívares a 800, mientras que la larga subió de 600 a 1200 y los autobuses en 800.
Durante un recorrido por algunas paradas de la ciudad, Noticia al Día recogió las impresiones de los pasajeros sobre dicho incremento.
“No estoy de acuerdo ya que el servicio es pésimo y deficiente”, fueron las palabras de la señora María Luisa Muñoz, ama de casa.
Por su parte, Yudith Díaz de profesión administradora, comentó que “el costo del pasaje del transporte público subió excesivamente en esta oportunidad”. A su juicio el servicio es el más malo de Venezuela. Asimismo, aprovechó la oportunidad para quejarse del mal trato verbal que recibe de algunos chóferes y colectores.
“El trato es fuerte, no respetan”, manifestó la profesional.
Aunque Mileidy Rodríguez, costurera y asidua del transporte colectivo, considera que varios aumentos son pertinentes debido a la situación económica que atraviesa el país y todo está caro, para ella lo que más le molesta del incremento del valor del pasaje es que “los choferes no respetan el costo estipulado por la ley, sino que especulan y cobra doble y triple”.
Acusó a los conductores de la línea Socorro de cobrar 2000 bolívares largo al igual que en la Circunvalación 2.
“Por lo menos, hoy no nos dejaban abordar el carrito si no pagábamos el pasaje con el aumento, primero”, reveló la fémina.
Finalmente, señaló de “groseros y delincuentes” a los choferes porque estos “cobran los que les da la gana”. Cree que en Maracaibo no hay respeto por nada ni por nadie.
“Me parece muy mal ese incremento. Hoy pague 2000 bolos de mi casa hasta el centro en el carrito de Pomona”, fueron las quejas de Yaillelith Chirinos al respecto.
La joven cuenta que los choferes le dicen que si no le gusta que le cobren el pasaje en 2000 bolívares, que se baje de la unidad si quiere. Por último, alegó que una persona que paga estos excesivos costos especulativos, gasta al menos 4000 bolívares y has más, diarios.
En la Circunvalación 2 la dinámica de los choferes es un poco distinta. Ellos por voluntad propia e ilegal, dividen la ruta en cuatro partes; es decir, del Kilómetro 4 hasta la matancera, luego hasta la bomba del Tour, Amparo que llega hasta Galerías.
Estos trayectos, cada uno, tiene el costo de un pasaje largo, a consideración arbitraria del conductor.
En este sentido, lo que más le calienta a la gente, es cuando el chofer saca los deditos por la ventana en forma de tijerita, indicando que va corto.
Los usuarios y todos aquellos quienes requieren del servicio de transporte público, suplican a las entidades correspondientes a meterle la lupa a este problema. Señalan que el Icutma, ente directo en la materia, pareciera estar desentendido de la situación, la cual se agrava cada día más.
Quienes le dan de comer a los choferes de tráfico añoran un transporte público de altura como en los países del primer mundo.
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